El
milagro de la lectura
El niño todavía no sabe leer ni escribir (al menos
no sabe hacerlo según la simbología alfabética convencional); inventa una
historia y el maestro la escribe.
El niño se lleva a casa su historia y sus padres,
mirando los signos del papel, pueden repetir, palabra por palabra, lo que ha
inventado él, aunque no estuviesen
presentes en clase.
El niño asiste así al milagro de la lectura. Y ésta
es una experiencia cultural de base que la mayor parte de los niños no puede
vivir en su propia casa y que, por tanto, la escuela debe garantizar.
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