En la asignatura de Estrategias de intervención didáctica, uno de los trabajos propuestos para este curso, era la creación de un espacio, en esta ocasión decidí hacer también una biblioteca de aula, basándome en los apuntes de Literatura infantil, quería compartir con vosotros esta creación por si una biblioteca o sabía a poco. Espero que os guste.
ZONA DE LECTURA
PLANIFICACIÓN INICIAL DEL AULA
Durante el
periodo de prácticas pude observar cómo el rincón de la lectura del aula, no
cumplía la función que debería.
El anterior
plano adjunto hace referencia a dicha aula, la zona de la lectura estaría situada
en la zona de la asamblea compuesto por una estantería de libros a su
izquierda.
Este espacio
funcionaba con normalidad en la hora del cuento, en la que están todos
practicando esta misma actividad, pero cuando se les permite juego libre, este
espacio es no cuenta con las necesarias condiciones ambientales para la
realización de la lectura.
La asamblea
en estos momentos, comparte espacio con los juegos de construcciones y la
lectura, algo incompatible.
El niño que
esté interesado en leer un cuento, en esas circunstancias no puede, de hecho
pude comprobarlo, acaban desistiendo, y dejando el cuento en su lugar.
No pueden
leer mientras el niño de al lado está gritando, o se le caen las piezas de las
construcciones encima, necesitan un ambiente cómodo y tranquilo.
Por ello
consideré oportuno realizar algunos cambios en la organización de la clase para
poder acomodar una zona de lectura adecuada y acorde a las necesidades de los
niños.
PLANIFICACIÓN FINAL DEL AULA
Para la
reorganización del aula, he trasladado el rincón de la lectura a un lado de la
zona de asamblea, aprovechando así una parte del ventanal, para proporcionar la
luz tan necesaria para este espacio.
Con este
cambio, los materiales se trasladarían a la zona de puzles inicial, de esta
manera estarían todos los materiales juntos.
Por otra
parte la zona de juegos de construcciones dónde está situado ahora el rincón de
lectura, y la zona de puzles se trasladarían a la zona de juegos, he aumentado
este espacio, dividiéndolo en juego simbólico, ya establecido inicialmente y
juego de construcciones y puzles, de esta manera al igual que los materiales,
estarían todos los juegos en un mismo espacio.
A su vez, la
estantería de libros que completaba la asamblea quedaría suprimida.
PLANIFICACIÓN DEL ESPACIO DE LECTURA
El rincón de
la lectura es un espacio primordial en Educación Infantil e insustituible en el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Su utilidad
como recurso para la ampliación de la actividad docente y para el refuerzo de
una auténtica educación integral, justifica su creación en escuelas y los
esfuerzos por cuidar su organización y funcionamiento.
Una
biblioteca organizada en la propia clase puede ejercer un efecto intenso sobre
la iniciación lectora.
El espacio
físico de la biblioteca debe ser agradable, amplio y luminoso.
Las
condiciones que deberíamos conseguir serían:
-
Ambiente estimulante,
motivador y ordenado.
-
Ambiente cálido y
confortable, próximo al hogar.
-
Propicio al uso autónomo por
parte de los niños: materiales al alcance de todos, visibles y accesibles. Es
fundamental que los libros se encuentren a la altura de los lectores y que se
acceda a ellos desde la portada y no desde el lomo, como sucede en las
bibliotecas de adultos.
-
Facilitar diversas
actividades y elecciones diversas.
-
Ambiente flexible con
espacios polivalentes
- Evitar los estereotipos en la
decoración de los espacios, intentando que los niños se sientan identificados
en ese espacio, lo vivan como suyo y colaboren en la construcción del entorno.
-
Identificar la organización
con carteles alusivos, colores o símbolos.
-
Evitar las interferencias
acústicas, determinando las vías de circulación, los accesos….
Se trata de
proyectar espacios que den lugar a interacciones ricas y diversas con los demás
y con los objetos.
Ha de organizarse un entorno afectivamente seguro,
estéticamente bello y diseñado a la medida de quienes lo utilizan. Un lugar
donde cada niño encuentre un espacio de vida. El ambiente se convierte en un
instrumento que respalda el proceso de conocimiento porque ofrece respuestas,
ocasiones de intercambio, información y recursos.
La zona de
lectura creada estaría compuesta por los siguientes elementos:
· Estantería
de libros: Esta estantería cumple todas las
necesidades de los niños, está diseñada pensando en la altura de los pequeños,
para que todos los libros estén a su alcance, además permite colocar los libros
de tal forma que los alumnos puedan ver la portada.
·
Diseño
de la pared: Incluiremos en el rincón de
este espacio, la pintura de un libro abierto, dando la sensación de que nos
encontramos realmente dentro de un libro, este diseño cuenta con varias
estanterías, pero no serian las utilizadas en este diseño ya que están
colocadas a gran altura, los niños no podrían acceder a ellas, en su lugar
instalaríamos las estanterías de la derecha, colocadas a la misma altura y no
como aparecen en la imagen, en estas estanterías colocaríamos los libros del
momento, por ejemplo: Si estamos realizando un proyecto sobre los animales, en
estas estanterías estarían todos los libros de animales, dejando los demás en
la estantería anterior.
· Alfombra:
Acomodaremos todo el espacio del rincón de lectura mediante la siguiente
alfombra, creando un ambiente cálido y acogedor, próximo al hogar de los
pequeños.
· Pufs:
Instalaremos pufs en todo el espacio, para la comodidad de los pequeños,
algunos decidirán utilizarlos y otros simplemente se acomodarán en la alfombra,
dependerá de los alumnos y en dónde se encuentran mejor.
·
Zapatero:
Dispondremos de un zapatero a la entrada del rincón, para que los niños
depositen sus zapatos, y entren con total libertad a este espacio descalzos,
motivando así a los alumnos a entender este espacio cómo suyo, un lugar donde
poder ser ellos mismos, un hogar. De esta forma además el rincón se mantendrá
limpio y cuidado.
· Lámparas:
Estas lámparas las situaremos justo encima del diseño de la pared, ya que esta zona es más oscura en comparación
con la zona del ventanal, para que los alumnos puedan disfrutar de los libros
con la luz apropiada para ello.
· Cabaña:
Esta cabaña se utilizará por los pequeños en los momentos de juego libre, será
un lugar donde podrán disfrutar de la lectura con total tranquilidad, además
será también una vía de escape para aquellos alumnos que prefieran estar a
solas.
· Cortinas:
Estas cortinas rodearan todo el espacio dedicado a la lectura, para aislarlo
del resto del espacio del aula, proporcionando así un ambiente tranquilo y
separado de todo lo que pueda perturbar el momento de la lectura.
·
Panel
de libros: Organizador:
Los alumnos dispondrán de cualquiera de los libros para llevárselo a casa el
fin de semana, para su organización, colocaremos un panel que contendrá
imágenes de todas las portadas de los libros presentes en el aula, los alumnos
deberán pegar una fotografía suya mediante velcro en la portada correspondiente
al libro que se quieran llevar a casa, con esto pretenderemos que el alumno sea
autónomo, además necesitará un carnet de la biblioteca de clase, que
fabricaremos todos juntos antes de la inauguración de la biblioteca de aula.
·
Panel
de libros: Crítica: Tras el fin de semana, los
alumnos devolverán dichos libros, despegarán su fotografía de la portada del
libro y acudirán a este panel para valorar el libro que se han llevado a casa,
para ello buscarán la portada del libro y añadirán en ella una pegatina verde
si el libro les ha gustado, amarilla si les ha parecido regular, y roja si no
les ha gustado nada. De esta manera los alumnos podrán ver que libros son los
que más gustan a los compañeros y por el contrario los que no, además de
aprender a valorar.
PAPEL DEL MAESTRO
Iniciar a
los más pequeños en la vida de la lectura, es uno de los peldaños más
importantes en la educación infantil, tratar de formar pequeños lectores sin
involucrarse de manera efectiva, no funciona, entregar libros, así sin más,
suele ocasionar únicamente destrucción, conflicto y alejamiento de los libros.
Si por el
contrario, nos involucramos en que los niños aprendan que los libros se leen
rodeados por brazos afectuosos, en medio de un ambiente cálido y reservado para
un momento de comunicación especial, la biblioteca será el lugar más visitado y
mejor cuidado.
El rincón de
lectura debe disponerse de forma clara, ordenada e intencionada y con códigos
visuales sencillos y compartidos universalmente por todos. Se evita así la
necesaria presencia del maestro/a y se potencia la autonomía a la hora de coger
y dejar los libros.
La
motivación es algo esencial en este proceso. En la misma obra, distintos
lectores pueden encontrar diversas motivaciones. Es difícil establecer una
motivación general, por tanto, en el aula, lo que motive a unos no motivará a
otros. Habrá que buscar motivaciones diversas para atraer la lectura a los
diferentes tipos de lectores, a las diferentes personalidades. Una vez que
tengamos un lector, este será capaz de leer cualquier cosa que caiga en sus
manos y encontrará sus propias motivaciones.
La animación
a la lectura es un acto consciente realizado para producir un acercamiento
afectivo e intelectual a un libro concreto, de forma que este contacto produzca
una estimación hacía los libros, a partir de la cual se pretende conseguir el
auténtico placer de la lectura.
La primera
condición en el desarrollo de la animación a la lectura es la preparación y el
entusiasmo del animador, adecuar los recursos específicos a sus necesidades
concretas y escoger la vía más eficaz para los objetivos propuestos y una vez
más generar un ambiente propicio para el encuentro con el libro.
Si gracias a
las programaciones en los centros escolares y en las bibliotecas, se produce en
el niño un acercamiento a los libro, en general, ya podemos decir que la
animación ha cumplido su papel. Animar
al niño a leer es dar vida al libro, soñar su historia, traspasar su portada,
encariñarse con sus personajes, identificarse con sus acciones.
Los
objetivos de la animación son que el niño no-lector, o poco lector, descubra el
libro, ayudarle a pasar de la lectura pasiva a la activa, desarrollar en él el
placer de leer, ayudarle a descubrir la diversidad de los libros.
Al niño hay
que introducirlo en la literatura mediante una lectura que pueda comprender,
que le haga disfrutar y que además le haga reflexionar.
La animación
a la lectura pretende educar.
El mejor
aliciente para conquistar a los participantes es hacer las animaciones
agradables, orientadoras, prácticas y cordiales, el animador ha de inventar
numerosas estrategias, cómo inventarse
personajes, como por ejemplo un hada o un duende que serán quienes les relaten
las historias que entrañan los libros, han de tener carácter lúdico,
diferenciarlas de lo que es materia de clase y alejarlas de todo aire
didáctico, no hay que pedir a los niños que realicen ningún trabajo a partir de
la animación y la asistencia a la animación será voluntaria.
En este
espacio el profesor/a contará diversos cuentos para los oyentes, una hora al
día estará dedicado a este ejercicio, pero también habrá momentos para ellos
solos, ellos decidirán que leer, como leer y dónde leer, en este proceso no
intervendrá la profesora.
La familia
es el primer mundo del niño y, si crece rodeado de libros, de lectores, la
motivación hacía el hábito de la lectura, estará muy arraigado en él, por ello
como profesionales debemos concienciar de esto a las familias, ya que la
educación del niño no solo parte de la escuela, además de involucrar a las
familias en las actividades del colegio, por ejemplo invitar a las familias los
viernes para que cuenten un cuento a los alumnos.
Tal como
está explicado en los elementos del espacio, habrá un espacio dedicado a la
organización y crítica de los libros que los niños se llevan a casa, para
motivarles dedicaremos un día a la semana, en el que uno de los niños será el
protagonista y él podrá contar a sus compañeros el cuento que más le haya
gustado, de todos los que se ha llevado a casa, pero nunca estarán obligados a
ello, debe ser una actividad de motivación, el niño que no quiera realizarla no
lo hará, aunque podríamos utilizar diversas estrategias para animarle a
realizarla, pero sin agobiar a dicho niño.